mapa

mapa

miércoles, 15 de mayo de 2013

Última carta

A mi niño,

Mi querido y precioso hijo, se me hace difícil decirte esto, pero creo que es hora de que conozcas la verdad. Ante todo, quiero que sepas que sigo siendo tu madre, y que todo lo que he hecho ha sido por nosotros, por tu padre...

Tu padre no murió tal y como te conté, ni estaba con nosotros antes de morir...
Yo y Robert teníamos algo especial, hasta que ella apareció y todo cambió. Tu padre, Roberto, se había recién casado con mi hermana Isabel y te tuvieron antes de que todo sucediera.
Yo estaba sufriendo mucho, amaba a tu padre y él me despreciaba, ya ni siquiera me dirigía la palabra, y todo por tu madre, mi hermana Isabel, que le tenía encandilado. Necesitaba hacer algo, habían destrozado mi vida, tu eras su hijo, el hijo de mi amado, esa familía debía ser la mía y no la de ella.

No me arrepiento de nada. Decidieron huir, llevarte con ellos y alejarse de mí para siempre. Tenía que evitar eso y lo hice. Tu padre no sufrió, mi vida, simplemente cayó en un profundo sueño del que no despertaría nunca más. Tenía sed, bebió de ese agua y...

Tienes que entenderme, era por tu bien, por nuestro bien. No podían alejarte de mí, mi pequeño querido, debías estar conmigo, tu familia, tu madre verdadera.

Perdóname, mi amor, no te enfades conmigo; fue todo por nosotros, por lo que tuvimos y nos arrebataron, eso no podía desaparecer...Si Roberto no era mío, no había otra solución. Entonces pudimos disfrutar solos tú y yo, como madre e hijo, como lo que debía ser.

Ahora conoces la verdad, pero no espero otra cosa que sigas pensando que soy tu madre y que comprendas lo que hice. Te quiero, mi vida, mi pequeño. Crece, hazte fuerte y nunca dejes que te arrebaten aquello que es tuyo, tu felicidad.

Tu madre, que te ama,




Bernarda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario