Querida Bernarda
Necesitaba escribirte, para aclarar todo el huracán de
sentimientos que afloran en mi interior, y que me obligan a definir nuestra
situación.
Me considero un hombre de palabra y honor; pero ¿cómo
rechazar lo que dicta el corazón en pos del honor?
Si bien el honor va ligado al corazón, no puedo negar lo que
siente este último.
Y si una vez juré por mi honor que me casaría contigo; ahora
es el corazón el que no me deja continuar nuestro noviazgo.
Estoy enamorado de tu hermana Isabel. Te ruego que no te
dejes llevar por la ira, y pienses que todo fue intencionado, o con el fin de
hacerte daño alguno.
Siento cómo se han presentado los acontecimientos, nunca
hubiera elegido que ocurrieran así.
Espero con todo mi corazón que seas feliz; y que encuentres
a un hombre que te merezca.
Recuerda que tienes en mí a un hermano, a un amigo y a alguien
que de alguna manera será parte de tu familia.
Incondicinalmente Roberto.
Sé feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario